Tercera Edad

La ola de calor y los adultos mayores

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Los adulto mayores deben tomar precauciones ante las altas temperaturas que se registran en todo el país, estas pueden provocar enfermedades graves como golpe de calor, agotamiento, deshidratación, calambres y erupciones en la piel.


Lo mas importante es tomar conciencia de esto y prevenir estos padecimientos, Ingerir suficientes líquidos La cantidad de líquidos recomendada es de 2 litros al día, se debe tomar líquidos antes de sentir sed además de agua, es recomendable beber jugos frutales, infusiones o leche y se debe evitar el consumo de bebidas que favorecen la pérdida de líquido corporal, como aquellas que tienen alcohol,
cafeína o grandes cantidades de azúcar.

No se deben tomar demasiado fría puede causar daños en la garganta, como afonías o catarros.


Apostar por los alimentos ligeros Deberán evitar los alimentos con alto valor calórico que
pueden aumentar la temperatura corporal, es decir, las grasas, las comidas no deben ser de mucha cantidad es preferible hacer cinco o más comidas al día, pero con pocos alimentos cada una.


De esta forma, gracias a una dieta ligera con alimentos que favorecen la hidratación, podemos hacer bajar nuestra temperatura corporal y prevenir la deshidratación y la insolación.


Usar vestimenta y accesorios adecuados Vestir lo más ligero posible, usar ropa holgada, ligera y de
colores claros, protegerse del sol con un sombrero de ala ancha y anteojos.


Debe proteger la piel utilizando bloqueadores solares, ya que la lubricación natural con la edad es mínima, en algunos casos las lesiones de la dermis, que se presentan de manera común en los adultos mayores, pueden provocar cáncer Se recomienda evitar la exposición directa a la radiación solar,
si va a caminar debe hacerlo muy temprano o por la tarde cuando la temperatura haya disminuido.


A diferencia de una persona joven, alguien de mayor edad que ha estado sometido de manera prolongada a altas temperaturas o ha realizado una actividad extenuante un día de mucho calor, no cuenta con la capacidad de adaptación para enfrentar un problema de este tipo. Sucede, también,
que el organismo de un adulto mayor no es capaz de tolerar un cambio abrupto de temperatura. Como consecuencia, podrían producirse efectos que comprometan los sistemas circulatorio, neurológico y renal, además de verse afectados los procesos de coagulación e, incluso, los estados de conciencia.


Finalmente debemos estar atentos a ellos y si presentan síntomas del golpe de calor, la medida más urgente es ingerir agua u otro líquido para hidratarnos enseguida y, a continuación, acudir a un sitio más fresco con sombra.

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