UNAS ELIMINATORIASCON MUY POCOS ELIMINADOS
Corre en este mes de octubre la segunda fecha de eliminatorias en Sudamérica y con ella prácticamente ya empieza una nueva era en los mundiales. Esa que contará con 48 nacionalidades diferentes y que en lo personal creo que habrá sentimientos encontrados.
Por un lado, la ilusión de aquellos combinados que jamás pensaron poder estar en un mundial. Es una realidad que ese pueblo lo vivirá de manera diferente y tal vez poco se acordaron del camino. Pero en el otro lado de la moneda, no cabe duda de que se atenta contra la competitividad del juego. Y la parte inferior de nuestro continente es la prueba de ello.
Se vuelve irreconocible decirle competencia a un ámbito que premia al 70% de sus participantes. Con exactamente el mismo y único premio para todos, el boleto al mundial. En un par de años veremos que Brasil o Argentina tendrán 50% más de puntos que el lugar 5 o 6 y que ello no le representara absolutamente nada distinto.
De igual manera y peor aún creo yo, sucederá de abajo hacia arriba. Es evidente que las selecciones que queden en sexto y séptimo puesto no habrán hecho los suficientes decoros para obtener la misma recompensa que la que quedo en primero o segundo. Basta con revisar lo que ha sido la tabla clasificatoria de las eliminatorias en esos puestos durante este siglo.
Para el mundial de Corea-Japón 2002 Bolivia termino en el lugar número 7 en las eliminatorias, ganando apenas el 22% de los partidos que disputo y con una diferencia de goles de -12. Muy similar a Perú en el 2014 ganando solo 4 de 16 partidos. Y para el mundial de Sudáfrica 2010 Selección Colombia hubiera sido el flamante último clasificado con menos goles (14) que partidos jugados (18).
Naturalmente que en un par de años cuando estén los 48 países clasificados nos contaran historias muy lindas de varias de ellos y como sus fanáticos jamás pensaron que su nación pudiera representarlos en una copa del mundo. Pero también habrá que preguntarles a esos hinchas más fanáticos del deporte si se sentirán orgullosos de estar ahí por el muy flexible sistema de competencia o les hubiera sabido de otra manera hacerlo por la suma de más virtudes propias.
